REDACCION:

México D.F. a 27 de agosto de 2014. Las compañías tabacaleras presionan a las autoridades con la estrategia intimidatoria de señalar al incremento de impuestos como detonante del comercio ilícito de cigarros, para debilitar las medidas legítimas de control de éste. No existe evidencia internacional que respalde esa falacia.

El comercio ilícito del tabaco en todos los países puede variar de magnitud y principalmente está asociado a prácticas de corrupción y delictivas que aprovechan huecos en las fronteras y una débil aplicación de la ley.

Importa destacar que el SAT, habrá de implementar un sistema de códigos de seguridad, a partir de enero de 2015, según lo informado por el Sistema de Administración Tributaria; dicho sistema puede sentar las bases de una supervisión independiente de un tercero que garantizaría imparcialidad y transparencia para detectar el comercio ilícito de cigarrillos.

Erick Antonio Ochoa;  directivo de Fundación InterAmericana del Corazón México (FIC México) y Juan Núñez Guadarrama;  de la Alianza Nacional para el Control del Tabaco (ALIENTO) mencionaron que hace falta “reforzar el control y la vigilancia en las 49 aduanas de nuestro país, con énfasis en las ubicadas en puntos fronterizos y marítimos para detener el comercio ilegal de cigarrillos, de mejorar el control sanitario y preservar la vigencia del Estado de Derecho en el país.”

Erick Antonio afirmó: “El incremento de marcas ilícitas de cigarrillos no tiene relación alguna con el aumento de impuestos al tabaco, como lo menciona la industria tabacalera; en ningún país se ha comprobado dicha relación, al contrario, cuando aumentan los impuestos disminuye el consumo, principalmente entre niños y jóvenes. ¿A cuál público quiere perjudicar la IT cuando pide menos impuestos? Los altos impuestos, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, restringen el consumo en niños y jóvenes por lo que promover una disminución de impuestos sería atentar directamente contra ellos”. “El número de marcas ilegales no es un indicador del volumen de ventas ilegales; tampoco lo es la cifra de decomisos” puntualizó el activista. En el caso de México tales impuestos no han subido desde enero de 2011.

Por su parte, Juan Núñez indicó: “Es indispensable la implementación de los códigos de seguridad, libres de conflicto de interés, sin relación con la industria tabacalera. Si queremos combatir el comercio ilícito, más allá de denunciarlo en los medios, el SAT tiene la oportunidad de cumplir con lo ordenado por el Congreso Federal si concreta un buen sistema de rastreo de productos de tabaco”.

Los representantes de FIC México y ALIENTO recordaron que la industria tabacalera por estrategia engaña al público y presiona a las autoridades. Las cifras de comercio ilícito de cigarrillos manejadas por la industria carecen de sustento además de que reflejan claramente inconsistencias. En una entrevista de julio de 2012, por ejemplo, el director de asuntos corporativos de BAT, Carlos Humberto Sánchez, señalaba que en ese año el contrabando era de 17% mientras que en el año previo había sido de 2%. Sin embargo, en una carta abierta de BAT a los legisladores de 2011, afirmaban que la venta de cigarros de contrabando alcanzaba “hasta el 15% de participación de mercado” en ese año.

“Es necesario poner un control efectivo que dé seguimiento al comercio ilegal. Por ejemplo, Uruguay firmó recientemente el Protocolo para la eliminación de comercio ilícito de productos de tabaco, en el cual se establecen las bases de colaboración para que los países actúen en contra de la mercancía ilegal; México debería firmarlo también para mejorar el seguimiento a este tema” finalizaron los representantes de las organizaciones civiles.